Su domesticación guarda sus orígenes en conjunto con la crianza del animal conocido como muflón, específicamente en el IX milenio a. C. en Oriente Próximo, esto con el principal propósito de explotar su carne, leche, piel y lana. Forman parte de la Familia Bovinidae junto con el vacuno y el caprino, pero cuando se habla de ovinos se hace referencia por lo general a animales que están cubiertos de lana, aunque existen algunas razas ovinas de pelo, como la Oveja Canaria o la Peli Buey.

Son animales ungulados, herbívoros y rumiantes, pueden presentar cuernos y el tipo y color de la lana y la piel varía según la raza. Tienen una vida media de entre 10 a 12 años, aunque las razas más rústicas podrían llegar a vivir hasta 18 o 20 años. El tiempo de gestación es aproximadamente de 152 días y lo más frecuente son partos simples o dobles, pero también pueden tener partos triples y superiores. La mayoría de razas autóctonas son de producción mixta, aunque se tiene una tendencia a la especialización, ya que la demanda social en cuanto a producción ha ido cambiando a lo largo de la historia.

En las Islas Baleares se han encontrado en yacimientos restos óseos de ovinos-caprinos de mucho antes de los asentamientos humanos definitivos, los más antiguos se encuentran en Ibiza, aunque esta isla es la última que se puebla, fecha del 4.800 a. C. El ovino y el caprino era el ganado mayoritario en el archipiélago según los restos encontrados se podría hablar del 70% de predominio respecto al vacuno y porcino (Casasnovas 2019). El ovino es la especie ganadera con más diversidad en Baleares, tanto que en el catálogo oficial constan inscritas un total de 4 razas: Oveja Ibicenca, Oveja Mallorquina, Oveja Menorquina y Oveja Roja Mallorquina.