Vaca Menorquina
Son animales longilíneos y de peso medio a grande. De aspecto armónico, fuerte y rústico, aunque es de carácter tranquilo. Perfil subconvexo, generalmente sin cuernos, aunque se aceptan animales con cuernos. Presenta en la frente un tupé característico. Capa roja que va del castaño claro al oscuro. Mucosas rosadas, pero se aceptan las de color pizarra. Altura cruz los machos es de 144 cm y en hembras de 130 cm. Peso en machos es de 900 kg y en las hembras es de 500 kg.
La cabeza es de perfil subconvexo y relativamente corto. Sin cuernos, destaca la frente con tupé. El morro es ancho, los ojos oblicuos y las orejas grandes, parcialmente caídas y con abundante pilosidad interna. El cuello es de longitud media, moderadamente musculado y provisto de una ligera papada. El cuerpo es profundo y el vientre ancho. La línea dorsolumbar es recta y la grupa es ancha y angulosa, con un nacimiento alto de la cola, que es larga y con un mechón de pelo en el extremo. Las extremidades son de longitud media a larga y los aplomos correctos. Las pezuñas son anchas y fuertes. La ubre está bien implantada, es grande y está bien irrigada y dispone de unos cuarterones armónicos y de piel fina, más bien propios de razas de aptitud lechera. El pelo es fino y corto, y la piel es gruesa, con las mucosas rosadas, aunque se acepta en las hembras las mucosas de color pizarra.
El pelaje es generalmente rojo, y puede variar de castaño claro a oscuro. Todo el mundo coincide en que la presencia del ganado vacuno en Menorca es como mínimo de la época de los talayotes, hipótesis que concuerda con la teoría migratoria del vacuno rojo convexo del sur peninsular. Muy probablemente su antecedente directo fue la raza marinera, extendida antes por el litoral catalán y levantino y hoy ya desaparecida, lo que motiva que la raza menorquina, como ocurre también con las otras razas de vacuno de las islas mediterráneas, sea una auténtica reliquia que se debe conservar, dado, además, el matiz diferencial de su aptitud productiva.